Ayer terminé el mesociclo 6 de la preparación de la Maratón de Castellón. Las tres semanas de preparación han quedado, en cuanto a volumen de la siguiente manera:
- Semana 18: 65,6 kilómetros.
- Semana 19: 75,8 kilómetros.
- Semana 20: 49,1 kilómetros.
O sea que este mesociclo he realizado un total de 190,5 kilómetros.
Sorprendente terminar un mesociclo en jueves, cuando habitualmente suelo hacerlo los domingos. La razón ha sido de fuerza mayor y de lo peor que le puede suceder a alguien que prepara una Maratón y se encuentra a estas alturas de la misma. Sí, es lo que imagináis: mini-lesión o, como me gusta llamarlo a mi, sobrecarga muscular, que no suena tan "heavy". Esta vez le ha tocado a la pierna izquierda, no se lo iba a llevar todo la pobre de la derecha, y la zona también es distinta, o sea, en esta ocasión es de rodilla para arriba.
Todas las alarmas saltaron ayer mismo, justo antes de terminar el rodaje de 50' que tocaba hacer, cuando sentí un calambre agudo en la cara externa de la rodilla izquierda. No le dí mayor importancia y seguí corriendo, porque parecía que remitía, y además porque me quedaban 10' para terminar y yo, bien sea por tozuda o cabezota, nunca he dejado un entrenamiento a medias. Total que acabé, pese a que el calambre se repetía de forma intermitente y cada vez era más doloroso. Paré el reloj y me dispuse a hacer las 6 rectas de 100 metros, dado que es lo que hago siempre el día anterior a una sesión de calidad y fue ahí cuando me dí cuenta de que la cosa era más grave de la que pensaba. Empecé la primera recta, y justo cuando llevaba 50 metros, el calambre volvió y esta vez para quedarse, de forma que me hizo cojear y me obligó a parar de inmediato. Volví al punto de partida caminando, medio coja, reposé un rato e intenté volver a empezar, pero fue inútil, el dolor seguía ahí y no me dejaba casi ni caminar. Así que desistí, me fui caminando como pude hasta el coche y medio llorando para casa, puesto que me temía lo peor. Ya allí, en frío, la rodilla no me molestaba, excepto al intentar volver a correr, que sí que lo hacía. A grandes males, grandes remedios,y, tras la negación inicial y el repetirme interiormente una y otra vez: "No, esto no me puede estar pasando a mi, justo ahora", asumo que tengo algo malo y decido pedir hora para que me vea la fisio y diagnostique lo que tengo en realidad. Aunque, al principio no había hueco hasta hoy a última hora de la mañana, al final tiene una cancelación de última hora y me da para esa misma tarde. Así que allí me planto, bastante asustada, pero con la esperanza de que la cosa sea menos grave de lo que en principio parece. Lo primero que hace, descartar una lesión en menisco. A todas las pruebas, giros, flexiones y posiciones complicadas a las que somete la rodilla, respondo sin dolor, con lo que concluye que es casi imposible que sea esto, que, a priori, era lo más grave. La cosa, de momento pinta bien, o al menos, no tan mal como pensaba en un principio. Pero es cuando presiona la zona más cercana del cuádriceps a la cara externa de la rodilla cuando vuelvo a sentir ese mismo dolor de esta mañana. Diagnóstico: Sobrecarga del vasto externo.
Según ella, el bloqueo temporal de la rodilla se produce por mecanismo reflejo y la verdad es que, en casa, leyendo foros y artículos en internet, me doy cuenta de que ése es uno de los síntomas. Total, me descarga. con mucho dolor y moratón incluido, me coloca tiras de kinesiotape y, lo peor, me diagnostica unos días de reposo, hasta que vuelva a verme la semana que viene y para casa. Ahora viene lo peor: asumir que tengo que parar unos días a estas alturas de la preparación y con lo bien que iba, supone un "mazazo" muy gordo con el que no contaba. Después de llorar, ver todo lo negativo que esto significa, y tratar de asumirlo, viene la fase aceptación e intentar ser positiva, dentro de lo que se puede. Aún faltan más de cinco semanas para Castellón y estoy a tiempo de recuperarme por completo. Eso sí, seguramente me pierda lo mejor y lo más duro de la preparación. Ya de momento esta semana, me pierdo una de las sesiones de calidad, la que tocaba hacer hoy, y la más exigente de este mesociclo. Y depende de cómo vaya evolucionando en la recuperación, podría perderme casi por completo el séptimo mesociclo y el más duro de la preparación, ése que te da justo el punto óptimo de forma que deseas alcanzar. Y eso no es todo, también podría perder parte de la forma conseguida con mucho esfuerzo estas 19 semanas y media. Total, un panorama nada agradable.
Esta noche apenas he pegado ojo, y no paro de darle vueltas, tratando de ver el lado positivo, si es que lo hay, a toda esta situación. La verdad es que, hace ya algún tiempo me quité de la cabeza alguna idea rara que me rondaba de intentar ir a por una marca determinada en mi debut maratoniano. Y todo esto que me ha sucedido ahora refuerza aún más mi deseo de terminarla únicamente y con garantías. Sólo pido eso, que después de todo lo que he trabajado estos meses, no creo que sea demasiado.
Afortunadamente lo que me ha pasado, aparte de que me imposibilitaba correr, lo que me hizo parar en seco, que en el caso de ser una simple lesión molesta, seguramente no lo hubiera hecho; me está haciendo valorar otras muchas cosas importantes y espero que, aunque no me permita tener el debut que siempre he soñado, me sirva para salir muy reforzada a nivel mental de esta experiencia. Eso sí, me quedaré con las ganas de saborear la dureza de las últimas semanas de preparación de una Maratón, ésas en las que el cansancio acumulado y el alto volumen de kilómetros alcanzado, hacen que te duela todo el cuerpo, pero bueno, supongo que habrá más ocasiones y también más Maratones. Ahora lo importante es salir "viva" de ésta. Ojalá lo consiga...