domingo, 23 de noviembre de 2014

Mesociclo 7, sonrisas y lágrimas

Desde mi última entrada hace ya casi un mes, han pasado muchas cosas, unas buenas y otras no tanto.
La buena noticia es que el pasado 9 de Noviembre volví a hacer un entrenamiento exigente y pude correr más de dos horas seguidas con alguna pequeña molestia en el cuádriceps, pero sin sentir dolor en la rodilla, lo cuál confirmaba, como me había dicho la fisio en la segunda sesión, que la lesión había mejorado una barbaridad.

Ese entrenamiento, en el que fui capaz de completar 22,50 kilómetros a 5:20/km, me dejó muy buenas sensaciones a nivel mental, puesto que desde el 28 del mes anterior, había sido incapaz de correr más rápido de 6:00/km, pero a nivel físico también sirvió para constatar que este mini-parón había dejado mi forma física envidiable antes de la lesión bastante resentida. Adiós a marcas, adiós a hacer ese día una gran carrera y adiós a muchas semanas de esfuerzo y sacrificio para poder entrenar. Ahora con terminar la prueba ya puedo darme por satisfecha, porque tampoco estoy para mucho más.

Tengo que reconocer que, pese a la resignación y a haberme hecho ya a la idea, duele y mucho. Prueba de ello es que estas semanas han sido duras, muy duras, y de llorar bastante, y, aunque esto no debería llamar la atención de manera especial, porque de normal, ya soy bastante llorona, y pese a que estoy acostumbrada a sufrir, porque llevo casi toda mi vida haciéndolo, he de decir que llevaba tiempo sin que algún acontecimiento negativo me afectase tanto. La lesión me ha dejado secuelas importantes a nivel mental de las que tardaré tiempo en recuperarme.

Tengo que decir que ha habido días en los que pensé en abandonarlo todo y en tirar la toalla. Y creo que si no fuese porque detrás de mi preparación para esta Maratón, están las manos, el trabajo, el esfuerzo y muchas horas de dedicación altruista y generosa de una persona a la que le tengo un cariño especial, posiblemente lo hubiera hecho. Pero así no, de este modo no podía plantearme un abandono porque él no se merece algo así. Lo único que lamento profundamente es no haber podido estar a la altura de una preparación tan brillante como la suya, de la que jamás he dudado y que yo considero de Matrícula de Honor. Aunque me queda el consuelo de volver a intentarlo de nuevo quizás para el año que viene, o para el siguiente, todo dependerá de cómo termine el día de la carrera. Así que, aunque no sea haciendo una marca espectacular, aunque no sea en las mejores condiciones ni físicas, ni mentales, tengo claro que voy a tomar esa salida y que, si la lesión no me lo impide, voy a intentar terminarla, aunque el tiempo diste mucho del que hubiera hecho antes de la lesión. 

Estas tres últimas semanas de carga he podido entrenar casi con total normalidad, pero las dos últimas sesiones de calidad han sido pésimas: Ni he podido cumplir el ritmo objetivo, ni he sido capaz de terminar la que he hecho hoy. Durante toda la preparación era la primera vez que algo así me pasaba. Salgo a correr aún con mucho miedo, y, aunque, a estas alturas debería empezar a olvidarme de la lesión, el miedo de que vuelva a aparecer en cualquier momento, siempre está presente. No me deja disfrutar como quisiera de los entrenamientos exigentes y mucho me temo que será un compañero de viaje bastante "latoso" durante los 42,195 kilómetros de Castellón.

Pero ya no hay remedio, el trabajo duro ya está hecho. Ojalá hubiese podido hacerlo mejor, pero las cosas siempre suceden cuando menos las esperas.

Estas dos semanas, aparte de para descargar, aunque haya poco que descargar, puesto que las últimas semanas no han sido de un volumen excesivamente alto, espero que me sirvan para ganar algo de fuerza mental que me ayude a afrontar la prueba de la mejor manera posible.

Poder colocarme en ese arco de salida ya será un logro y cruzar la meta, independientemente del tiempo que invierta en hacerlo, para mi sería una victoria, puesto que le habría ganado la batalla al miedo, a ese compañero que yo no pedí tener, pero que lleva semanas acompañándome, muy a mi pesar. 

Antes de la carrera, espero poder tener tiempo de escribir una entrada para expresar, de la mejor forma que pueda, lo que estas semanas han significado en mi vida: yo creo que la han cambiado y mucho. Ahora entiendo perfectamente aquello que me dijeron una vez de que lo verdaderamente duro de esta prueba es la preparación, mucho más que la carrera en sí. Yo he logrado sobrevivir a ella y sólo deseo poder ponerle una guinda al pastel el 7-D, aunque no sea demasiado vistosa, aunque no sobresalga entre las demás, aunque nadie se fije en ella, no me importará, para mi, siempre será la mejor, la más especial. Por muchas que logre colocar, por más bonitas que sean, la primera, siempre es la primera. No pido demasiado y creo que me merezco que, por una vez, la suerte se ponga de mi lado. Cruzaremos los dedos...